Mientras Apple batalla hoy con su limitada entrada en el mundo de la inteligencia artificial, desbordada en varios flancos por la competencia, el legado de la época dorada de la compañía, simbolizada por Jony Ive, el diseñador que se unió a Steve Jobs para rescatarla de quiebra, apunta al mundo de la IA. Lo hace de la mano de Sam Altman, el consejero delegado de OpenAI, la empresa que ha catapultado una nueva era tecnológica con el lanzamiento de ChatGPT desde finales del 2022. El objetivo es crear un dispositivo de hardware que sustituya al móvil. También al iPhone, claro.
Jony Ive abandonó hace seis años Apple, donde era el vicepresidente de diseño. El anuncio de su marcha se explicó por ambas partes como un acuerdo amistoso. El diseñador creó una empresa llamada LoveFrom que se aseguró que iba a trabajar de forma externa para la firma de la manzana. En todo este tiempo, no se ha identificado ningún producto de Apple con el trabajo de Ive.
OpenAI, la compañía de ChatGPT, adquiere io, la nueva empresa de Ive, por 5.800 millones de euros
El paso del legendario diseñador del iMac, el iPod y el iPhone al universo de la IA se inició hace dos años, cuando LoveFrom comenzó a colaborar con OpenAI, sin que haya productos que se hayan anunciado. Un año después, Ive, junto con Scott Cannon, Evans Hankey y Tang Tan, que habían formado parte de su equipo en Apple, fundaron una nueva empresa llamada io. Esta compañía ha sido comprada ahora por OpenAI por 6.500 millones de dólares –unos 5.800 millones de euros–, en lo que representa su mayor adquisición hasta la fecha.
Resulta llamativo que esta absorción empresarial no ha sido explicada en términos de pez grande se come al chico, sino de colaboración, empatía y amistad entre sus líderes. OpenAI justificó el acuerdo con una alusión a la coyuntura de transformación tecnológica actual: “Es un momento extraordinario. Los ordenadores ya ven, piensan y entienden. A pesar de esta capacidad sin precedentes, nuestra experiencia sigue estando moldeada por productos e interfaces tradicionales”.
Jony Ive y Sam Altman anuncian la creación de io, una empresa para crear un dispositivo de IA que reemplace al móvil
Con la adquisición de io, OpenAI pretende abrir un nuevo capítulo que encuentre nuevos caminos para el uso de la tecnología. El reto es hacer de la IA un recurso cercano y de uso corriente. Sam Altman indicó en un comunicado que “lo que significa utilizar la tecnología puede cambiar profundamente”.
“Espero que podamos aportar algo del deleite, el asombro y el espíritu creativo que sentí por primera vez usando un ordenador Apple hace 30 años”, añadió el líder de OpenAI.
Ive, por su parte, definió su nueva etapa en OpenAI como una evolución de su época en Apple, donde fue probablemente el más estrecho colaborador, confidente y amigo de Steve Jobs. “Cada vez tengo más la sensación –apuntó– de que todo lo que he aprendido en los últimos 30 años me ha conducido a este momento”.
El genio detrás de iconos de la tecnología de consumo como el iMac, el iPod y el iPhone parece haber roto amarras respecto a su pasado. En una entrevista reciente para la plataforma Stripe, se refirió a los efectos negativos de la adicción a las pantallas de los móviles para comentar: “No hay nada que pueda preocuparme o molestarme más”. Y en lo que parece un arrepentimiento por la parte que le toca, añadió: “Creo que algunos de los productos en los que he participado han tenido consecuencias no deseadas que distan mucho de ser agradables”.
El equipo de Jony Ive, que ahora será una especie de consultor en OpenAI, trabajará en un nuevo tipo de dispositivo que proporcione directo a la IA de ChatGPT.
Hay bastante secretismo en torno a ese nuevo dispositivo y algunas pistas que lo definen. La propuesta es que sea un producto con una IA que tenga un conocimiento consciente del entorno y la vida del , una especie de asistente personal. La intención de Ive, crítico con la adicción a las pantallas, es que no tenga ninguna. Por tanto, la interfaz de es más que probable que funcione mediante voz.
AI Pin y r1, dos fracasos en los primeros intentos
La idea de crear un dispositivo específico para la relación con la inteligencia artificial ya tiene dos serios intentos que han terminado en fracaso. Uno de ellos fue el AI Pin, de la compañía Humane, fundada por dos ex empleados de Apple.
El dispositivo, con una cámara y un proyector láser monocromo que permitía ver pequeñas informaciones sobre la palma de la mano del , se colocaba sobre el pecho, enganchado a la ropa mediante un imán que servía de batería.
El AI Pin se vendió en Estados Unidos por un precio de 699 dólares sin impuestos y conllevaba una suscripción mensual de 24 dólares.
Lo que hacía el dispositivo era responder preguntas, resumir correos y mensajes para explicar lo más importante, traducir y reproducir música con la plataforma de streaming Tidal. Para hacer funcionar el AI Pin había que tocarlo, algo así como lo que hacían los protagonistas de la serie Star Trek, y hablarle. A nadie le gustó.
El siguiente intento fue un dispositivo llamado r1 de la compañía Rabbit, que sigue a la venta en varios países por un coste de 217,74 euros con impuestos y sin necesidad de suscripción. Tiene funciones similares, pero con un móvil a mano, parece innecesario tener un segundo dispositivo que no supone ventaja alguna.
Otros datos supuestos sobre el dispositivo de OpenAI es que será discreto, se podrá llevar en el bolsillo o dejarlo en un escritorio y que podría complementar otro producto como un ordenador o un móvil. Altman ya ha asegurado que no serán unas gafas, un tipo de dispositivo en el que algunas compañías como Meta ya tienen modelos que incorporan IA para funciones como la gestión de agenda, la identificación de objetos o la traducción simultánea.
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La intención de OpenAI es lanzar el nuevo dispositivo, el primero de una familia de ellos, ha finales del 2026. En una primera fase, el objetivo será vender 100 millones de un gadget que ni siquiera tiene nombre. Altman ha apuntado que los empleados de su compañía tienen ahora “la oportunidad de hacer aquí lo más grande que jamás hayamos hecho como empresa”. Teniendo en cuenta que son los creadores de ChatGPT, tienen expectativas muy altas.
