Un tercio de las 29 marcas que se exponen en el salón Automobile son chinas. Se trata de firmas como BYD, Xpeng, Omoda o Jaecoo, entre otras, que de momento son bastante desconocidas para el público generalista. Aprovechando su presencia en el Salón Internacional del Automóvil de Barcelona, se dan a conocer buscando popularidad entre los potenciales compradores. En los espacios de la avenida Reina Maria Cristina y Rius i Taulet, ayer fueron muchos los visitantes que probaron por primera vez un vehículo procedente del gigante asiático.
Acompañados por un monitor, durante unos quince minutos se pusieron al volante de uno de estos automóviles y lo testearon por un recorrido que, más o menos, coincide con lo que era el antiguo circuito de carreras de Montjuïc. De hecho, es la capacidad de cotejar en primera persona modelos de diferentes marcas en un mismo recinto uno de los grandes atractivos de la feria, que aspira a recibir a 350.000 visitantes entre el fin de semana pasado y el que viene, cuando se dará por finalizada.
La capacidad de conducir coches de diferentes marcas es uno de los atractivos del salón
¿Y qué dicen los visitantes después probar un coche chino? “Estoy gratamente sorprendido”, valora Wolf Shulte tras manejar uno de los modelos de MG, marca de raíces británicas pero que ahora es china. Este alemán afincado en Salou había probado alguna motocicleta de este país, pero nunca un vehículo de cuatro ruedas. “Tenía las expectativas altas y está bien acabado. El manejo está muy bien”, dice.

Wolf Shulte y su pareja después de testear un coche MG
Shulte, que acude al Automobile para asesorar a su pareja en la compra de un vehículo, echa de menos la presencia de marcas europeas en el salón. Él no se acercaba al recinto ferial de Monjuïc desde antes de la pandemia. Parte de su espacio lo ocupan ahora estas nuevas firmas con ganas de conquistar el mercado europeo. Tras conducir un chino 100% eléctrico, Shulte relata que ahora le “faltaría saber la autonomía real”. “En todo caso, será una de mis opciones de compra”, resuelve.
Eva Carralero acude al Automobile acompañada por su padre. “Ahora no, pero quizás el año que viene compro coche”, confiesa tras conducir un modelo de la marca BYD. En su familia ya tienen otro coche fabricado en China, pero no es el suyo. Para Carralero, los coches chinos “a nivel de calidad quizás no sean iguales” pero en el ámbito tecnológico “van por delante de los europeos”.
Carralero también resalta otro factor decisivo en la elección de compra para la mayoría de s, el precio. “Depende de los modelos, pero generalmente tienden a ser más baratos”, relata. Una apreciación en la que coincide Shulte, resumiendo que el coche que se está mirando está “muy bien de precio”.

Santiago González después de probar otro vehículo chino
“Hay modelos que cuestan como un Tesla. Creo que con los precios de fabricación en China, deberían ser más baratos”, discrepa Santiago González, que se ha desplazado desde Sagunto (Valencia) en busca de un coche. Según su opinión y tras conducir uno de ellos, los vehículos chinos están “a la altura de los europeos en cuanto a acabados y prestaciones”.
La ciberseguridad copa Gran Via
Si en Montjuïc el protagonismo es para los coches, en el recinto de Gran Via de Fira de Barcelona arrancaron ayer dos congresos de mundos que cada vez están más conectados con los vehículos, el internet de las cosas y la ciberseguridad. Entre ambos, reúnen a más de 250 expositores. El Barcelona Cybersecurity Congress está organizado con la Agència de Ciberseguretat de Catalunya y, según fuentes de Fira, las empresas catalanas están teniendo protagonismo. Por su parte, en el IOT Solutions World Congress hay una gran presencia de empresas chinas, destacando el gran estand de Yuhang.