Después de la fiesta que se dio en la multimillonaria cena con los mayores inversores de su criptomoneda, Donald Trump amaneció este viernes con el dedo puesto en el gatillo de la guerra comercial que ha abierto contra el mundo. En uno de sus arrebatos, el presidente de Estados Unidos recomendó que los aranceles con la Unión Europea (UE) han de ser del 50% a partir del 1 de junio.
Justificó su reacción en el hecho de que las negociaciones entre los hasta ahora grandes aliados se han estancado. Es su ley del chantaje. “Es muy difícil negociar con la UE”, escribió en su red social, que es la verdadera vía oficial de comunicar sus iniciativas ejecutivas. “Nuestras discusiones con ellos no van a ninguna parte”, insistió.
En el pre mercado bursátil, el Dow Jones se hundió más de 500 puntos por sus pretensiones arancelarias con Europa, pero, además, por su postura de que Apple también se ha de comer los aranceles, como dijo el otro día con Walmart y su anuncio de subida de precios para los consumidores. Las bolsas europeas cambiaron de inmediato su sentido y registraron pérdidas.
Según su post, la empresa de Cupertino ha de asumir los aranceles del 25% para todos aquellos iPhone que no se hayan manufacturado en EE.UU. La mayor parte de la producción de esta compañía se produce en China, aunque su director ejecutivo, Tim Cook, señaló el mes pasado que tratarán de desviar a India buena parte de esa labor.
“Hace ya tiempo que informe a Tim Cook que espero que los iPhone que se vendan en Estados Unidos sean manufacturados en Estados Unidos, no en India o cualquier otro lugar. Si no es el caso, los aranceles de al menos el 25% tendrán que ser pagados por Apple a EE.UU.”, remarcó en su red social.
En abril ya amenazó con imponer gravámenes del 200% a productos europeos, si bien luego estableció una pausa de 90 día, que concluye a mediados de junio. Pero la posición negociadora de la UE, que según él solo nació para perjudicar a EE.UU., le molesta mucho porque de momento no se doblega.
En la actualidad solo están vigentes los gravámenes universales del 10% que Trump impuso el 2 de abril, su llamado día de la liberación”. Sin embargo, al mandatario de la Casa Blanca no le debe sonar a favor de sus intereses la música de esta negociación y este viernes reaccionó airado, dando un giro a la dinámica informativa de la jornada.
Así que una vez más pregonó su táctica de meter presión desde su red social. “La Unión Europea, que principalmente se formó con el propósito de aprovecharse de Estados Unidos en materia de comercio, ha sido muy difícil de tratar”, insistió. “Sus poderosas barreras comerciales, los impuestos sobre el IVA, las ridículas sanciones corporativas, los obstáculos no monetarios, las manipulaciones de la moneda y las demandas injustas e injustificadas contra compañías estadounidenses, han llevado a un déficit de más de 250 millones de dólares anuales, una cifra que es totalmente inaceptable”, especificó.
Tras proponer gravámenes del 50%, recordó que “no habrá aranceles si los productos se fabrican en Estados Unidos”. La UE fue el segundo mayor comprador de exportaciones de Estados Unidos, con casi 351.000 millones de bienes estadounidenses, según los últimos datos de la Oficina de Representación Comercial de EE.UU.
Fuentes europeas señalaron este misma semana que las negociaciones con EE.UU. se habían intensificado. La UE había llegado a proponer en aumentar en 50.000 millones de euros las comprar de bienes procedentes de Estados Unidos. Dijeron que había optimismo.