Todos contra Trump; todos por la guerra

El viejo establishment neoconservador se disfraza de anti fascista y muchos en Europa se dejan engañar 

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Imágen  de un video del servicio de seguridad ucraniano del ataque con drones contra una base aerea rusa esta semana )

Uncredited / Ap-LaPresse

En Europa (el Reino Unido de Keir Starmer incluido), da la sensación de que somos tan apasionadamente anti-trumpistas, y tan convencidos de que Vladímir Putin quiere invadir el continente entero, que no sabemos diferenciar entre los verdaderos peligros para la humanidad y los que solo amenazan determinados aspectos de la democracia liberal.

La respuesta en Europa al reciente mútiple ataque con drones ucranianos a cuatro bases aéreas en Rusia puede ser  la prueba concluyente de nuestra confusión. 

La mayoría de los medios europeos -incluyendo a  los aparentemente progresistas-  lo consideran un golpe importante, necesario  para fortalecer la capacidad negociadora de Volodimir Zelenski y evitar que un precipitado acuerdo de paz entre Trump y Putin perjudique a Ucrania. 

En eso hay una coincidencia total con el supuesto progresismo demócrata en Estados Unidos asi como los partidos  de centro izquierda y centro derecha europeos. 

Hay  que hacer todo lo necesario para que Ucrania pueda defenderse ante el monstruo de dos cabezas que podríamos llamar: TRUMPUTIN. 

Fijense, por ejemplo, en lo que dijo después del ataque la presentadora progresista, azote del trumpismo, Rachel Maddow en el pro demócrata canal estadounidense  MSNBC, citado en este recomendable artículo de Matt Taibbi: Ending the World to Own Trump:

“El osado ataque ucraniano es una historia increíble de guerra sobre la capacidad de Ucrania, su resiliencia, su creatividad como un David contra Goliat”. 

Es más o menos  la lectura del establishment europeo y de la mayoría de  los medios en Europa también.  El pequeño Zelenski ha  lanzado desde su humilde honda una piedrecita  que ha dado  llenamente entre los ojos del monstruo  TRUMPUTIN.

A todos los progresistas nos seduce la idea de David y Goliat. Pero es obvio que el ataque contra las bases rusas es otra escalada peligrosa de la guerra.

Y , dada la involucración total en la guerra del súper Goliat llamado OTAN (pese a los recelos de Trump), no sería descabellado pensar que Rusia se siente aún más vulnerable ahora que cuando optó por invadir Ucrania tras 30 años de expansion constante de la alianza militar atlántica hasta  sus fronteras

 Todo indica que  el ataque contra bases rusas a miles de kilómetros del frente de la guerra se hizo sin el beneplácito de Trump pero con el visto bueno del estado profundo estadounidense es decir, quienes añoran  aquellos tiempos en los que el llamado  blob bipartisano de política exterior en Washington siempre contaba con el apoyo incondicional del presidente.  

George Beebe, el ex director de la CIA responsable de Rusia  hizo la siguiente lectura en absoluto tranquilizadora de los ataques contra Rusia en la revista Foreign Policy:

“A menos que Putin tenga una garantía firme por parte de Trump de que Estados Unidos no apoya este ataque, es muy probable que los rusos respondan con bastante contundencia. No hay ninguna duda de que aumenta la probabilidad de una confrontación directa”. En nuestro deseo de propinar un golpe al TRUMPUTIN,  nos olvidamos del peligro del cataclismo.

El ataque “aumenta la probabilidad” de una confrontación directa de Rusia y la OTAN

El día después de los atrevidos y peligrosos golpes ucranianos contra las bases rusas, Keir Starmer, el primer ministro laborista del Reino Unido, anunció un plan de guerra contra Rusia (¡y China!) que parecia sacado del guion de Doctor Strangelove.

Starmer eligió una fábrica de armas de la empresa BAE Systems para pronunciar su discurso pseudo-churchilliano en el que pidió a todos los ciudadanos británicos que se preparen ya para la guerra contra Rusia:.

Un informe de 150 páginas de defensa estratégica anuncia “una nueva era de amenaza” y advierte que “el Reino Unido ya debe estar dispuesto a librar y ganar una guerra total”. El gobierno británico  acaba de dar luz verde a la construcción de doce submarinos nucleares clase SSN-AUKUS, y la compra de miles de misiles de largo alcance asi como drones. Starmer ya habla explícitamente de convertir al Reino Unido en una nación “lista para la guerra”, “battle-ready” siendo ya  el término en boga en Whitehall.  

Yo, en estos momentos, estoy en Inglaterra y puedo constatar que no  había apenas una voz discrepante en los grandes medios y, desde luego, nadie quiso recordar la guerra de Crimea mucho menos  el poema de Tennyson 

El informe británico especula alegremente sobre la cuestión de “en qué podría consistir una guerra entre Rusia y el Reino Unido” concretamente “ataques con misiles rusos contra las fuerzas armadas en el Reino Unido y en el extranjero ”, según informó The Guardian. Chris Cole del instituto Drone Wars puso una solitaria nota de cautela al advertir de que la apuesta por el uso de drones “puede convertir  la guerra en una primera opción en vez de un último recurso” 

Existe un consenso ya bipartidista  en el Reino Unido (aunque el trumpista Partido Reformista de Nigel Farage se distancia) de que un acuerdo de paz firmado por Trump y Putin sería una claudicación al igual que  la del pusilánime Neville Chamberlain en 1938 ante las agresiones de Hitler.  Rusia “un par de años después de firmar la paz habra  reconstruido su capacidad militar” para atacar los estados bálticos u otros países de la ex-URSS, según comentó a la BBC un Lord británico. 

Asi se cierra el circulo del papel británico en la prolongación de la guerra desde que Boris Johnson , según testigos presenciales, saboteara el acuerdo de paz alcanzada por Putin y Zelensky en Estambul en la primavera del 2022 con otra frase churchilliana "Let's just fight!"

Starmer sigue a Boris Johnson  que en 2022 dijo a Zelensky: “Let's just fight!”

Ya estamos presenciando el contra golpe del viejo orden occidental  contra el aislacionismo de la corriente  MAGA del movimiento trumpista  El eje anti-Trump  une al Partido Demócrata en Estados Unidos, el europeísmo liberal de los sospechosos habituales en Bruselas, y  los nuevos amos de la guerra (masters of war para quienes les gustó la película de Dylan A Complete Unknown) detrás del gobierno laborista británico.

Increiblemente, esta alianza de guerra abandera la causa anti fascista  y en defensa de la democracia.  Madeleine Albright, la dama de hierro del neoconservadurimso clintonista,  ya no está aquí para blandir su ensayo Fascism: a warning como un tommy gun al servicio de guerras imperiales y cambios de régimen desde Rusia a Venezuela. Pero Friedrich Merz, Kaja Kallas, Ursula von der Leyen y Keir Starmer han leido el libro.

La portavoz demócrata Mary Ann Marsh, entrevistada por la BBC, resumió los argumentos de la nueva alianza geopolítica anti Trump que intenatrá prologar e intensificar la guerra en Ucrania. “Si Trump pacta la paz en Ucrania, Putin pronto estará cruzando Europa con tanques” , advirtió repitiendo el mensaje que Kallas ha logrado exportar desde Tallin a Bruselas y que Starmer ahora utiliza en Londres.

Luego, Marsh elogió la eficacia contable de la guerra tal y como se habia  librado con Biden de commander in chief, “Tuvimos una guerra contra Rusia sin tener que poner ni un solo estadounidense en el campo de batalla; ha sido el mejor retorno sobre la inversión de todas las guerras por la democracia”, dijo utilizando lenguaje de Wall Street para referirse a los hasta 400.000 muertos.

La pieza de la resistencia de la nueva alianza contra el “iliberalismo” trumpista-putinista llegó con otro comentario de Marsh; “Necesitamos una OTAN sin Estados Unidos para los próximos cuatro años”. 

Frente a esto, el trumpismo parece una roca de sensatez. El enviado de Trump en Ucrania Keith Kellog dijo el fin de semana  pasado lo que ha sido tabu en la OTAN: que la ampliación de la alianza  hacia el este genera inseguridad en Rusia y esto,-sin necesariamente ser el casus belli-  creó  las condiciones para  la invasion de Ucrania en 2022. Arremetió contra quienes quieren que Ucrania se incorpore a la alianza. “Ucrania, entrando en la OTAN no es negociable”, dijo. 

Steven Witkoff, otro enviado de Trump en la zona de guerras, dijo lo mimso (para el horror del presentador) en una entrevista esta semana en la CNN. La expansión de la OTAN “básicamente se convirtió en una amenaza para los rusos”. 

Aunque los líderes europeos y los demócratas y republicanos del blob asi como  sus medios afines tachan esta causalidad como “propaganda rusa”, hace dos décadas en Washington se consideraba una obviedad tal y como explica aqui Aaron Mate . Pero el ataque en Rusia hace pensar que el blob neocon no quiere morir.

Decir la verdad frente a todo esto puede resultar incómodo ¿Qué tertuliano de izquierdas,por ejemplo,  -salvo el valiente Jeff Sachs de la Universidad de Columbia- se atreverá a afirmar que el europeo que habla con más criterio sobre la guerra de Ucrania y la OTAN no es Kaja Kallas ni von der Leyen, sino Viktor Orbán? (un indicio del dilema es el hecho de que esta última frase sobre Orbán imposibilitó la publicación tal cual de una versión anterior de este artículo en la revista de izquierdas CTXT)

¿Y quién se atreverá a proponer que la afirmacion del vice presidente  de Trump, JD Vance, de que EE.UU. ya no considera prioritaria la seguridad de Europa, debería entenderse como la mejor noticia para nuestras democracias soberanas desde la Segunda Guerra Mundial y la oportunidad para desmantelar, de una vez por todas, la anacrónica alianza atlántica?

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